¿Porque no nos podemos hacer cosquillas a nosotros mismos?
La sensación de las cosquillas es como una alarma que le dice a nuestro cerebro: "¡ Atención, algo se está paseando por tu piel!". Si es un amigo el que nos hace cosquillas, nos produce risa porque sabemos que no es peligroso. Pero si es un insecto, por ejemplo, nos sobresaltamos y gritamos asustados. En los dos casos, esta sensación provoca una reacción muy fuerte.
Si nos hacemos cosquillas a nosotros mismos, nuestro cerebro controla los gestos que provocan esta sensación. Por lo tanto, no hay necesidad de "alarma". Atenúa la sensación de cosquillas y no provoca ni risas ni gritos. El cerebro disminuye del mismo modo todas las reacciones provocadas por nuestros propios gestos.